martes, 22 de junio de 2010

Chile venció a Suiza, lidera el grupo y sueña con los octavos de final

ESPNdeportes.com

PORT ELIZABETH - Chile dormirá este lunes como líder del Grupo H tras acabar, por fin, con la imbatibilidad de Suiza, la selección que más minutos ha permanecido sin recibir un gol (559) en la historia de los Mundiales.
A la selección chilena le costó, eso sí, tres cuartos de partido perforar el arco de Benaglio, ante una Suiza que jugó una hora con un hombre menos y que fue incapaz de rematar entre los tres palos de la valla defendida por Bravo.
Hasta la expulsión de Behrami -por una agresión a Vidal a la media hora de juego- Suiza había controlado bastante bien a Chile, que sólo había inquietado a Benaglio en un doble remate desde fuera del área de Carmona y Vidal que obligó a lucirse, por dos veces, al portero helvético.
Lejos de cobijarse atrás esperando una contra como hizo frente a España, el equipo que dirige Otmmar Hitzfeld se enfrentó a la supremacía chilena en la posesión del esférico yendo a buscar el partido más arriba, empujando desde el centro del campo, presionando la salida de balón del rival.
Así frenó el ímpetu del combinado sudamericano, pero su fútbol voluntad no le alcanzó para poner en apuros a Bravo. Con un Frei que pareció resentirse de su lesión y que fue el sacrificado tras la expulsión de Behrami para dar entrada a Barnetta, y un N'Kufo muy solo arriba, Suiza no inquietó a su oponente en toda la primera mitad.
Menos aún cuando se quedó con diez. A partir de entonces, renunció definitivamente al ataque y fue una Suiza mucho más parecida a la que se enfrentó a la selección española. Sin embargo, en esta ocasión, los jugadores chilenos, que no se perdieron detalle de la inesperada derrota de los hombres de Vicente del Bosque, venían con la lección bien aprendida.
La que dice que a un equipo como el suizo, disciplinado, rápido en el repliegue y muy ordenado atrás, se le debe atacar moviendo el balón a una enorme velocidad, acelerando la transición defensa-ataque y utilizando las bandas.
Así acabó Chile el primer tiempo: imprimiendo una velocidad endiablada a su fútbol y volcada con Alexis Sánchez y Beausejour por las bandas. Y más ofensivo empezó aún el segundo periodo, porque Marcelo Bielsa sentó en el descanso a un lateral, Vidal, para dar entrada a otro extremo, Mark González, y también puso a Valdivia por Suazo, falto de ritmo tras estar las últimas tres semanas de baja.
Chile puso cerco a la portería de Benaglio. Un asedio que empezó con un gol anulado a Alexis Sánchez por fuera de juego posicional, un mano a mano del propio Sánchez que no supo resolver con acierto y un cabezazo de Mark González a la salida de un córner que se marchó fuera por poco.
Sin embargo, pasaban los minutos y el conjunto chileno no daba con la fórmula para vulnerar el arco contrario. Suiza, en cambio, cada vez se encontraba más cómoda en su papel de equipo al que le encanta practicar ese fútbol de desgaste que tanto desespera a sus rivales.
Hitzfeld sentó a N'Kufo y dio entrada al joven Derdiyok, un punta de refresco, uno de esos 'cazabalones' aéreos que pueden anotar en una contra inesperada.
Pero esa contra no llegó y Chile encontró el premio a sus insistencia a quince del final. Valdivia dibujó un pase entre líneas para Paredes, quien recogió en posición dudosa y envío el centro desde la línea de fondo para que Mark González, de cabeza, marcara el gol en el segundo palo.
El propio Paredes, quien había entrado hacía pocos minutos sustituyendo a Matías Fernández, tuvo dos contragolpes clarísimos para sentenciar en la recta final del choque, pero en ninguno estuvo acertado en el remate.
Igual que Derdiyok, que tuvo en el último minuto el gol del empate en sus botas en la única jugada elaborada de Suiza durante todo el partido, pero su remate desde el punto de penalti, con Bravo prácticamente batido, salió rozando el poste.

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