Las actuaciones del lanzador venezolano Carlos Zambrano en la lomita cada vez que lanza eran una muestra de la pasión y las energía que le da a sus presentaciones, pero cuando esa energía se convierte en un problema de actitud y de comportamiento en el dogout del equipo al que pertenece. Recriminar y pelear con sus compañeros de equipo sin prejuicios como la última vez ante el primera base del equipo Derrek Lee, muestran que su actitud no es la de atleta de alto rendimiento PROFESIONAL.
Cierro el anterior párrafo con la palabra Profesional en mayúscula todo, porque vemos como en el mundo del deporte la valoración del profesionalismo en muy alto en cualquier deporte, y el profesional no está solo en su talento, o capacidad de practicar cualquier deporte de una manera seria y ser un “fuera de serie” también cabe en su vida, en el trato a su familia, amistades, conocidos, y por sobre todas las cosas, al deporte y sus fanáticos, fanáticos que pagan una entrada para ver a su estrella jugar en su posición o en este caso a ver lanzar al gran “Big Z” del norte de la ciudad de los vientos.
La colocación del zurdo en un programa de “control de ira” para que pueda controlar su comportamiento y su reactivación para después del “juego de las estrellas” a jugarse esta vez en la ciudad de Anaheim, nos muestra que la preparación y la actitud personal del lanzador venezolano está muy por debajo del profesionalismo que se debe llevar en estos casos y más cuando después del altercado se fue a cenar con su par venezolano y manager del otro equipo de Chicago Osvaldo Guillen en vez de meditar y conversar con la directiva del equipo sobre la situación que él mismo provoco.
Para la directiva de Chicago no es fácil llevar con un lanzador estrella, el cual estará cobrando 18.5 millones de Dólares por los próximos tres años y que esta temporada tenga record de 3-6 con efectividad de 5.66, y los bateadores contrarios le batean 303. Y verlo hundirse en una mala temporada por su carácter, forma de ver el juego y por sobre todo la falta de concentración en la lomita ante un batazo del equipo contrario y no saber manejar el juego para buscar sacar los outs que le hacen falta sino que se encierra en su rabia, y así como en la mayoría de los encuentros tener que perderlos.
Todo profesional del deporte debe tener una actitud de fuerza motivacional y de ejemplo a seguir en todo momento, sabemos que el venezolano tiene un gran corazón y que puede salir adelante y demostrar que es un verdadero profesional, pero primero debe aprender “todavía” a comportarse dentro de un terreno de juego, primero por el bienestar propio, segundo por el bienestar de su equipo, tercero por el bienestar del deporte que le paga por su diversión y trabajo que realiza y por ultimo y no menos importante por el bienestar de los aficionados que él tiene y del beisbol en general.
Cierro el anterior párrafo con la palabra Profesional en mayúscula todo, porque vemos como en el mundo del deporte la valoración del profesionalismo en muy alto en cualquier deporte, y el profesional no está solo en su talento, o capacidad de practicar cualquier deporte de una manera seria y ser un “fuera de serie” también cabe en su vida, en el trato a su familia, amistades, conocidos, y por sobre todas las cosas, al deporte y sus fanáticos, fanáticos que pagan una entrada para ver a su estrella jugar en su posición o en este caso a ver lanzar al gran “Big Z” del norte de la ciudad de los vientos.
La colocación del zurdo en un programa de “control de ira” para que pueda controlar su comportamiento y su reactivación para después del “juego de las estrellas” a jugarse esta vez en la ciudad de Anaheim, nos muestra que la preparación y la actitud personal del lanzador venezolano está muy por debajo del profesionalismo que se debe llevar en estos casos y más cuando después del altercado se fue a cenar con su par venezolano y manager del otro equipo de Chicago Osvaldo Guillen en vez de meditar y conversar con la directiva del equipo sobre la situación que él mismo provoco.
Para la directiva de Chicago no es fácil llevar con un lanzador estrella, el cual estará cobrando 18.5 millones de Dólares por los próximos tres años y que esta temporada tenga record de 3-6 con efectividad de 5.66, y los bateadores contrarios le batean 303. Y verlo hundirse en una mala temporada por su carácter, forma de ver el juego y por sobre todo la falta de concentración en la lomita ante un batazo del equipo contrario y no saber manejar el juego para buscar sacar los outs que le hacen falta sino que se encierra en su rabia, y así como en la mayoría de los encuentros tener que perderlos.
Todo profesional del deporte debe tener una actitud de fuerza motivacional y de ejemplo a seguir en todo momento, sabemos que el venezolano tiene un gran corazón y que puede salir adelante y demostrar que es un verdadero profesional, pero primero debe aprender “todavía” a comportarse dentro de un terreno de juego, primero por el bienestar propio, segundo por el bienestar de su equipo, tercero por el bienestar del deporte que le paga por su diversión y trabajo que realiza y por ultimo y no menos importante por el bienestar de los aficionados que él tiene y del beisbol en general.
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