CIUDAD JUÁREZ.- Las selecciones de México y Venezuela, con todas sus figuras, disputarán este martes un amistoso en Ciudad Juárez, programado como un respiro para esta urbe acorralada por una brutal guerra entre bandas del narcotráfico que este año deja más de 2.000 muertos.
El amistoso fue diseñado como una demostración "de que la sociedad está por encima de la delincuencia", según dijo en agosto el presidente de la Federación Mexicana de Fútbol, Justino Compean.
La última vez que México jugó en esta ciudad de 1,3 millones de habitantes, en 2007 contra Nigeria, todavía no se habían tenido que desplegar miles de militares y policías para intentar frenar las cruentas disputas entre los cárteles del narcotráfico.
Desde entonces se han registrado más de 6.500 asesinatos -con un promedio diario de 7 homicidios-, y más de 200.000 habitantes han dejado la ciudad convertida en la más violenta de México y probablemente de América.
Para que el martes sólo se hable de fútbol las autoridades mexicanas tratan de extremar la seguridad con el despliegue de más de 3.000 policías. Cientos de militares resguardan el aeropuerto y otros puntos clave.
Una decena de vehículos escoltó a la expedición venezolana, que viajó con sus figuras Juan Arango (Borussia Dortmund, Alemania) y Nicolás Fedor (Getafe, España), a su llegada la noche del sábado a la ciudad fronteriza.
"Hay mucha seguridad pero para nosotros ha sido un ambiente de total normalidad y calma, es una bonita ciudad", dijo a periodistas el técnico venezolano César Farías.
"La gente recibe bien este partido. Son pocos los espectáculos que han venido a Juárez en este contexto. Muchos han sido suspendidos por la violencia o se van a El Paso", explicó a la AFP Pedro Torres, subdirector de El Diario de Juárez, que ha sufrido el asesinato de un reportero y un fotógrafo en los últimos dos años.
Torres sí lamenta que los precios "no sean tan baratos", ya que van desde los 350 pesos mexicanos (27 dólares) a los 1.500 (120).
Aunque estima que "Venezuela no es un rival que entusiasme mucho a la afición mexicana", Antonio Rosique, conductor deportivo de TvAzteca, la segunda cadena de México, también cree que para la federación debió "ser difícil traer un rival al norte del país" por el clima de violencia que vive. "Se agradece que vengan", reconoció el periodista.
Venezuela viene de vencer el jueves a Bolivia (2-1), mientras que México ganó a Colombia (1-0) el 8 de septiembre, un partido después del cual los mexicanos hicieron una fiesta de celebración no autorizada, que llevó a la federación a sancionar a once jugadores y suspender a dos por seis meses.
El amistoso fue diseñado como una demostración "de que la sociedad está por encima de la delincuencia", según dijo en agosto el presidente de la Federación Mexicana de Fútbol, Justino Compean.
La última vez que México jugó en esta ciudad de 1,3 millones de habitantes, en 2007 contra Nigeria, todavía no se habían tenido que desplegar miles de militares y policías para intentar frenar las cruentas disputas entre los cárteles del narcotráfico.
Desde entonces se han registrado más de 6.500 asesinatos -con un promedio diario de 7 homicidios-, y más de 200.000 habitantes han dejado la ciudad convertida en la más violenta de México y probablemente de América.
Para que el martes sólo se hable de fútbol las autoridades mexicanas tratan de extremar la seguridad con el despliegue de más de 3.000 policías. Cientos de militares resguardan el aeropuerto y otros puntos clave.
Una decena de vehículos escoltó a la expedición venezolana, que viajó con sus figuras Juan Arango (Borussia Dortmund, Alemania) y Nicolás Fedor (Getafe, España), a su llegada la noche del sábado a la ciudad fronteriza.
"Hay mucha seguridad pero para nosotros ha sido un ambiente de total normalidad y calma, es una bonita ciudad", dijo a periodistas el técnico venezolano César Farías.
"La gente recibe bien este partido. Son pocos los espectáculos que han venido a Juárez en este contexto. Muchos han sido suspendidos por la violencia o se van a El Paso", explicó a la AFP Pedro Torres, subdirector de El Diario de Juárez, que ha sufrido el asesinato de un reportero y un fotógrafo en los últimos dos años.
Torres sí lamenta que los precios "no sean tan baratos", ya que van desde los 350 pesos mexicanos (27 dólares) a los 1.500 (120).
Aunque estima que "Venezuela no es un rival que entusiasme mucho a la afición mexicana", Antonio Rosique, conductor deportivo de TvAzteca, la segunda cadena de México, también cree que para la federación debió "ser difícil traer un rival al norte del país" por el clima de violencia que vive. "Se agradece que vengan", reconoció el periodista.
Venezuela viene de vencer el jueves a Bolivia (2-1), mientras que México ganó a Colombia (1-0) el 8 de septiembre, un partido después del cual los mexicanos hicieron una fiesta de celebración no autorizada, que llevó a la federación a sancionar a once jugadores y suspender a dos por seis meses.
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